Siete reglas de la localización del e-learning para crear experiencias significativas para cada alumno

Siete reglas de la localización del e-learning para crear experiencias significativas para cada alumno

La globalización se ha convertido en un proceso que ha dispuesto de unas herramientas y oportunidades para los negocios inimaginables en el pasado. Hoy en día las empresas son capaces de participar en mercados a distancia y generar operaciones sin localización entre otras tareas. Estas nuevas maneras de entender un negocio traen consigo retos a los que los equipos de desarrollo se enfrentan dada la diversidad del nuevo panorama.

Algunos de estos desafíos pueden ser dirigir los productos a un público total, consecuencia de la globalización, o desentrañar las diferentes tendencias que se entrelazan a raíz del fenómeno global. Estos cambios, surgidos recientemente, dejan preguntas educativas ligadas al e-learning como:

  • ¿Qué método se debe seguir para avalar la participación del alumnado de diferentes culturas?
  • ¿De qué manera se pueden garantizar unos conocimientos fundamentales y fundamentados?
  • ¿Cómo llevar a cabo este proceso si se cuenta con un presupuesto limitado?

Escuchando y siguiendo las discusiones de expertos, la “localización” va más allá de la traducción y la equiparación de idiomas para dirigir un proceso educativo a los estudiantes. En el caso de la localización, la inclusión de los estudiantes pasa por adaptar símbolos culturales, interfaces gráficos, etc. para llegar a una aproximación real al alumno.

Entre los beneficios que se constatan de esta “localización”, basada en procesos de e-learning, destacan dos. En primer lugar, unos mejores resultados debido a que el alumnado se siente incluido en el proceso al comprender unos contenidos con mayor nivel de adaptación. Por otro lado, las empresas se ven favorecidas debido a que su buena reputación se ve potenciada existiendo la posibilidad de retener a los mejores talentos (alumnado y trabajadores) si el éxito aumenta.

Es por estos motivos que, para evitar peligros derivados de un enfoque único no “localizador” como pueden ser la falta de inversión, la ausencia de compromiso con los contenidos y la escasez de alumnado, es de especial ayuda tener en cuenta una serie de recomendaciones.

Las siete claves en la localización del e-learning

El grupo RWS ofrece una serie de recomendaciones que contribuyen al desarrollo de una buena “localización”. La rentabilidad resulta ser primordial en este caso, ya que se convierte en un componente que no garantiza el éxito pero, sin embargo, ayuda a alcanzar éste debido a que una empresa rentable es una empresa cuyo funcionamiento sirve de modelo tanto para alumnos como para empleados.

1. Conocer al alumnado y sus necesidades

Cualquier proceso de localización considerado como efectivo comienza por ponerse en la piel de sus alumnos. Para ello, resulta necesario realizar una recopilación de sus datos y, en base a ello, plantear un análisis de las necesidades formativas. Al tratarse de un fenómeno global, en este procedimiento entrarán en juego características como la cultura, el regionalismo y el idioma.

2. Abordar la localización lo antes posible

Las empresas suelen centrarse en la “localización” con cierta tardanza ya que no se posicionan ante ésta como una prioridad. No obstante, de emplearse los esfuerzos iniciales en un único objetivo, la “localización” se perfeccionará debido a pasos como la creación de contenido, la elección de las plataformas y la adaptación lingüística. Estos procesos se plasman a posteriori en mayores tasas de compromiso y fidelización.

3. Flexibilizar los contenidos

Flexibilizar tiene que ver con adaptar la información mediante procedimientos que garanticen la comprensión global de la misma. Algunas de las medidas que se perciben como de gran utilidad tienen que ver con evitar modismos en la traducción de lenguajes, frenar los choques culturales que den lugar a malentendidos y disponer de una maquetación accesible para los contenidos de cada entorno idiomático/cultural que se quiera abordar.

4. Consultar con los expertos en diferencias culturales

Las sociedades cuentan con diferentes puntos de vista sobre un mismo suceso. Este aspecto suele verse como algo positivo ya que garantiza la diversidad cultural, no obstante, para comprenderse por completo se debe tener en cuenta la opinión de las personas que conocen estos fenómenos. En el caso de la “localización”, esta consulta se contempla como un elemento necesario para ajustar los contenidos debido a que, de no darse, podría ocasionar confusiones en lo que respecta a imágenes, interpretaciones religiosas y emociones. Un ejemplo a trabajar pueden ser las discrepancias culturales que se dan entre Asia y Europa.

5. Ofrecer inclusión

El alumno debe ser capaz de encontrar correspondencias vitales con el contenido de e-learning que se quiere impartir. De no ser así, podría surgir un proceso de desvinculación originado por la falta de identificación de los estudiantes con los contenidos. Algunas de las maneras de garantizar la inclusión pasan por no reducir las imágenes a estereotipos y consultar al alumnado sobre qué contenido consideran ofensivo o no globalizado plenamente.

6. Buscar la accesibilidad universal

Incluir a todo el alumnado es un paso crucial para los expertos del e-learning, no obstante, su consecuencia, según éstos, debe ser la facilitación de los contenidos a todo el espectro estudiantil. Hoy en día, los contextos tecnológicos siguen sin ser igualitarios (conexión, cobertura, velocidad de la red, etc.). Es por esta razón que una de las recomendaciones es que se faciliten sistemas offline de trabajo y se disponga de una interfaz adaptada a tablets y dispositivos móviles ya que no todo el mundo dispone de un ordenador en su hogar.

7. No hay por qué hacerlo solo

Una de las formas de garantizar que el contenido a desarrollar se considera exitoso es contar con socios que manejen conocimientos en traducción y “localización”, con capacidad de dar soporte a los contenidos que se trabajan, con referencias de clientes sobre su labor como expertos, conocimiento de las metodologías e-learning y adecuación de las mismas.