El crecimiento exponencial del e-learning ha planteado nuevas preguntas y desafíos, especialmente en lo que respecta al rol del formador en este entorno digital. En este artículo analizamos el papel cambiante de los instructores en el e-learning y cómo pueden adaptarse a las necesidades de los estudiantes online, brindando apoyo, retroalimentación y facilitando la participación activa.
Pero, ¿cómo se traduce este papel en el ámbito del e-learning?
En el e-learning este papel es mucho más que la simple transmisión de conocimientos. En este entorno, el instructor se convierte en un facilitador del aprendizaje, un orientador que guía a los estudiantes a través de su proceso de aprendizaje.
En este sentido, el rol del instructor se asemeja más al de un consultor de formación, que ayuda a los estudiantes a alcanzar los objetivos didácticos planteados.
La interactividad entre los docentes, los estudiantes y los contenidos es un elemento común en la formación en línea. Esta interactividad se basa en la concepción constructivista de la enseñanza y el aprendizaje. El instructor también desempeña el papel de dinamizador, motivando a los estudiantes para que no abandonen y manteniendo un contacto directo con ellos en todo el proceso formativo.
Competencias del docente en e-Learning
Un aspecto importante del e-learning es el papel del instructor de aprendizaje, que juega un papel activo e importante en la educación del estudiante, ya que es responsable de asegurarse de que los alumnos asistan a las clases en vivo y completen el trabajo dentro del entorno de aprendizaje en línea.
El instructor de aprendizaje también se ocupa de cumplir con las políticas de asistencia y de comunicarse directamente con los maestros y el personal si es necesario.
Sus funciones varían según el contexto y las necesidades del estudiante, pero comúnmente incluyen las siguientes:
1. Como experto en su área de conocimiento
El docente debe tener un dominio experto del contenido a impartir y conocer perfectamente el diseño y la estructura académica del programa de formación. Además, debe ser capaz de facilitar el aprendizaje y de evaluar el aprendizaje del alumnado.
Como consultor de formación, el instructor debe ser capaz de proporcionar asesoramiento experto en su campo de conocimiento. Esto implica tener un sólido entendimiento de la materia y ser capaz de proporcionar una orientación clara y efectiva a los estudiantes.
3. Como orientador del aprendizaje
El docente debe ser capaz de guiar el proceso de formación del alumnado y de motivar a los estudiantes hacia el aprendizaje individual y colaborativo. También debe tener habilidades de comunicación síncrona y asíncrona en un entorno virtual.
Como orientador, debe proporcionar asesoramiento a los estudiantes, ayudándoles a definir sus objetivos de aprendizaje y a desarrollar estrategias para alcanzarlos. Esto implica estar al tanto de las necesidades y retos individuales de cada estudiante, y estar disponible para responder dudas o proporcionar clarificaciones cuando sea necesario.
2. Como tutor en un entorno e-learning
El docente debe tener habilidades en el manejo didáctico del entorno virtual de aprendizaje y en el uso de las herramientas de comunicación y programas informáticos. También debe ser capaz de gestionar los recursos y herramientas virtuales y fomentar la participación y el aprendizaje colaborativo en un entorno e-learning.
Como facilitador, el instructor debe guiar al estudiante a través de su proceso de aprendizaje, proporcionando la estructura y el apoyo necesarios. Esto puede implicar la designación de tareas, la organización de las actividades de aprendizaje, la proporcionar retroalimentación constructiva, y el fomento de la participación activa de los estudiantes.
4. Inspirar a los estudiantes
Una de las funciones más gratificantes del instructor es la capacidad de inspirar a los estudiantes. Al compartir su pasión por la materia y su entusiasmo por el aprendizaje, los instructores pueden motivar a los estudiantes a seguir aprendiendo y explorando.
El papel del instructor en el e-learning es fundamental. A través de su papel como facilitador del aprendizaje, orientador, consultor de formación e inspirador, el instructor puede proporcionar a los estudiantes una experiencia de aprendizaje rica y significativa.
