La educación online, ante su oportunidad de oro

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Niños y mayores que estaban en proceso de formación presencial se han visto, en muchos casos por primera vez, en la necesidad de utilizar las nuevas tecnologías para aprender

La Razón
Arturo de las Heras | Presidente de la Asociación Nacional de Centros de e-Learning y Distancia, y presidente del Grupo Educativo CEF.- UDIMA

La educación online, ante su oportunidad de oro

La formación a distancia lleva décadas entre nosotros, sin embargo, el confinamiento por el Covid-19 ha colocado este modelo en el ojo del huracán, pero en el mejor de los sentidos. Gracias a los diferentes tipos de formación no presencial (distancia, online, telepresencia, etc.) los centros educativos presenciales de todos los niveles han podido garantizar la continuidad de sus clases.

Ha sido una solución de emergencia, pero todo hace indicar que esta vez la formación no presencial ha venido para quedarse y afianzarse, dado el éxito que, con carácter general, ha tenido en estos meses. No en vano, así se ha puesto de relieve en la recién celebrada 47ª Asamblea de la Asociación Nacional de Centros de e-Learning y Distancia (ANCED), instituciones educativas que, por cierto, gracias a su acreditada experiencia en este ámbito, se han ofrecido a ayudar a las presenciales a implementar el modelo.

El Covid-19 nos ha dado una oportunidad de oro para demostrar a la sociedad en su conjunto la utilidad de la enseñanza no presencial. Niños y mayores que estaban en proceso de formación se han visto, en muchos casos por primera vez, en la necesidad de utilizar las nuevas tecnologías para aprender. Así mismo, en estos meses de confinamiento, otras muchas personas se han apuntado voluntariamente a webinars, seminarios, cursos gratuitos online, etc. lo que les ha permitido acercarse a una realidad que apenas conocían, la educación online. Y han comprobado desde su propia experiencia que la metodología es eficaz, que es posible formarse también online.

Más allá de eso, el verdadero desafío ahora es garantizar que todas las personas que deseen adquirir nuevos conocimientos online cuenten con los medios adecuados, lo que no es fácil para un determinado sector de la población.

Lo ponía de manifiesto una encuesta del portal Wuolah entre más de treinta mil estudiantes de casi cincuenta universidades españolas: El 35% de los alumnos precisan de una conexión más rápida y estable en sus hogares para poder seguir sus clases online sin dificultades. Y eso sin contar aquellos otros que ni siquiera disponen de un ordenador. Es fácil imaginar que las Administraciones públicas deberían tener en consideración esta circunstancia a la hora de establecer el capítulo de ayudas y becas a estudiantes.

Como presidente de ANCED lo he señalado en otra ocasión anterior: La necesidad de formación continua, la globalización de la formación y el ritmo de vida de muchos profesionales hacen que la formación a distancia sea la opción más flexible y eficiente. Si a esto unimos que la tecnología es cada vez más accesible y sencilla de utilizar, estoy convencido de que la educación online tiene por delante un gran futuro.

Y así lo indican los estudios sociológicos, que subrayan el interés creciente de la población por la formación a distancia. Uno de ellos, el informe de Educaedu, que observa cómo han crecido en estos meses las solicitudes de información de formación en la modalidad online en los buscadores y en los portales educativos, al tiempo que decaía el interés por la educación presencial. El informe se basa en los resultados de búsquedas en Google y en los datos de los portales temáticos educativos, como Tumaster.com, Topformacion.com, Aprendemas.com y Educaweb.com, entre otros.

Estamos siendo testigos de un histórico cambio de paradigma. No se trata de enterrar un modelo a cambio de otro. En absoluto ese es el debate. Los niños y los jóvenes universitarios deben continuar acudiendo a colegios y universidades. La educación presencial y la online no son enemigas sino complementarias. En realidad, lo que le interesa al alumno no es tanto el continente como el contenido: hagamos el esfuerzo donde toca.